Aunque somos conscientes que las lluvias que se registran por estos días en la región y en el país están superando los niveles históricos y eso ha generado múltiples inconvenientes en la zona rural y en los centros urbanos, no es menos cierto que parte de esas dificultades se suscitan por las falencias que presentan las redes de acueducto y alcantarillado en buena parte de los municipios del departamento que tienen como operador a la Sociedad de Acueductos y Alcantarillados del Valle del Cauca E S P, Acuavalle.
A juzgar por las continuas críticas de los usuarios, da la sensación que Acuavalle se quedó rezagada y sin soluciones a las problemáticas de fondo en los territorios donde presta el servicio desde hace más de seis décadas.
EL TABLOIDE es testigo de excepción de los continuos señalamientos de las comunidades que ven con preocupación cómo el más mínimo aguacero colapsa las bocatomas privándolos del líquido vital por largos periodos de tiempo, tal como ha sucedido recientemente en municipios como Bugalagrande, Andalucía, Guacarí, Pradera, Candelaria por solo citar unos cuantos.
Lo que más preocupa a la ciudadanía es que las soluciones de fondo no se visualizan y las mismas siguen siendo pañitos de agua tibia a un mal que urge de tratamientos serios y definitivos que optimicen el servicio y lo pongan acorde con los tiempos modernos cuando las empresas de servicios públicos direccionan sus inversiones en tecnología de punta, para mejorar la atención a sus usuarios, controlar la fuga de agua tratada y las conexiones fraudulentas, factores que reducen de manera significativa las utilidades.
También es hora que los alcaldes, cuyos municipios son socios de Acuavalle, se amarren los pantalones y le exijan a la empresa, planes de inversión a corto, mediano y largo plazo que pongan fin a las problemáticas que arrastran en sus territorios.
A la distancia da la sensación que la empresa vallecaucana es solo vista como un fortín político al que llegan gerentes que parecieran estar de espalda a la realidad y sentir de los usuarios que por demás pagan tarifas para nada bajas y que van en aumento mes a mes.
Si las directivas de Acuavalle, se dieran a la tarea de adelantar un estudio de campo para medir el grado de satisfacción de sus clientes, seguramente se darán cuenta que una es la percepción que tienen en los escritorios y otra muy diferente la que se siente en territorios como Chancos en San Pedro, en Trujillo, Sevilla, municipios donde hace rato esperan por soluciones definitivas a sus males.
Ya es hora entonces que la Junta Directiva de Acuavalle, en la que los municipios tienen una amplia participación y nos imaginamos decisión, se ponga en sintonía con el sentir de los clientes y se allanen soluciones reales y eficaces a problemas como la continuidad y calidad de servicio que le ofrece a cada uno de los territorios y donde la obsolescencia de las redes ponen de manifiesto de manera constante la debilidad de la empresa que hace presencia en 33 de los 42 municipios del Valle del Cauca y donde cuentan con más de 218 mil suscriptores luego de sesenta años de historia.