La democracia, como concepto, jamás se ha identificado con algunas fuentes doctrinarias en particular. El conjunto histórico de ideales que la democracia ha significado para la humanidad es consecuencia del desarrollo que ha tenido la civilización occidental, de tal manera que como “simple principio de legitimidad” cualquier gobierno que no se constituya abiertamente en una dictadura puede identificarse como democrático. Claro está que tradicionalmente la democracia ha sido identificada con la existencia de determinadas instituciones representativas y por el funcionamiento de un gobierno de carácter constitucional que la convierten en la negación de la autocracia.
Entendemos la democracia, como la mayor de las realidades políticas. Es conveniente para la humanidad y para la dignidad de la persona, puesto que le permite su realización política y social.
La democracia política se fundamenta en varios aspectos como son la expresión electoral de la voluntad popular, la conciencia política del pueblo, los organismos o estructuras de representación, participación y movilización, es decir, los partidos, los sindicatos, cooperativas, etc. La estructura representativa de la democracia expresa la unidad del Estado y garantiza la participación del pueblo en las decisiones políticas, dentro del pluralismo que expresa la diversidad de líneas ideológicas. Los fines de la democracia política dentro de la ideología liberal son: el ejemplo directo de la soberanía popular mediante el sufragio, la práctica de las libertades y la preservación del desarrollo de la persona humana. En ese fundamento, el gobierno nacional por mandato constitucional, por intermedio de la Registraduría Nacional del Estado Civil y del Consejo Nacional Electoral, en la creencia que no están siendo manipulados, citan a todos los ciudadanos para que participen en las próximas elecciones.
Estamos en una época agitada, violenta y contradictoria, pero en la que debemos encontrar metas generales muy claras, como son la elevación del nivel de vida, el pleno empleo, el respeto a los derechos humanos, salvaguardar la vida de los líderes sociales y respetar el sendero de la paz, dentro de una clara justicia social, que garantice la distribución del ingreso, la defensa de la patria y la dignidad de la soberanía. Que haya plena libertad y respeto para las opiniones que presenten los diferentes candidatos, que no se les pongan talanqueras a la expresión de sus pensamientos, de sus programas que serán la luz para el futuro de la patria.