Es muy común encontrarse con ciudadanos que se expresan de manera bastante pesimista, al hablar del costo de vida que enfrentan las familias actualmente, y la esperanza hacia el futuro que las personas ostentan y debaten en las redes sociales es una muestra de negativismo extremo.
Es comprensible el sentimiento de desazón e impotencia que causa la incertidumbre por cuenta de la inflación acaecida que afecta a la población en general, sin embargo, si mirásemos de manera racional la realidad que se vive de momento, el resultado final es una Colombia que como ya es costumbre, históricamente en cada recesión global, resiste los embates de las crisis económicas a través de un sector productivo disciplinado, una clase obrera resiliente, y un cúmulo de inversionistas tras-nacionales que le siguen apostando a la estabilidad de esta nación, uno de los países con gran tratamiento inflacionario en las dos últimas décadas por parte del Banco de la República, ya que en las proyecciones estimadas por el Fondo Monetario Internacional, el país cafetero alcanzaría promedios de hasta 8,7%, muy de cerca de potencias como Estados Unidos y la Unión Europea que estarían llegando a los 5,7%, en contraste con países de la región que verán una inflación histórica como Venezuela con un 500%, la más alta del mundo, según “Statista”, o Argentina por citar otro punto de comparación con 51,7%.
Así las cosas, aún cuando el sentimiento de inconformidad invada a cada persona, como es natural, lo cierto es que nuestra nación no será tan golpeada si se miran algunos países de África como Sudan con 245%, o Rusia con 21,3%, por su guerra contra Ucrania.