Como se sabe, laboratorios clínicos como Pfizer, Astrazeneca, Moderna, entre otros, han desarrollado la vacuna anti-covid, que ya se ha repartido y se sigue repartiendo a distintas regiones del mundo. Se trata de la vacuna que con mayor celeridad se ha producido, por lo menos en los últimos tiempos. Esta carrera científica, se ha convertido a la vez en un despliegue político y de poder.
Así, desde la primera perspectiva, Rusia fue la primera en anunciar el año anterior, que había producido el biológico Sputnik V, noticia que fue recibida con escepticismo por Occidente, debido al reducido margen de tiempo que había transcurrido entre la aparición del virus y la respuesta rusa al mismo; no obstante lo anterior, la revista The Lancet, en días recientes ha manifestado que la Sputnik tiene una eficacia que supera el 90%. El nombre (Sputnik) es “altamente simbólico.
Es un homenaje al primer satélite del mundo, lanzado por la Unión Soviética en 1957, y recuerda una proeza científica y una derrota para Estados Unidos…” En cuanto al poder, los noticieros reportan que Canadá ha contratado el suministro de una cifra que alcanzaría para inmunizar hasta 9 veces a cada habitante. Para “Estados Unidos y la Unión Europea el número de vacunas per cápita es 3 y 3.7 respectivamente”.
Estos datos dan grima, puesto que, por un lado, los científicos para el caso de algunas vacunas, por lo menos hasta la fecha, solo hablan de una dosis y de su respectivo refuerzo, y por otro, pareciera ser que se tratara de una competencia para demostrar quiénes tienen más dinero para adquirir los fármacos. Se espera que el Covax, haciendo eco a su génesis, potencie una distribución equitativa de los medicamentos a los diferentes países.
Asociado con lo que se acaba de plantear, en Colombia, el congresista Ricardo Ferro, anunció en un noticiero que velará por el respeto del turno que se asigne a cada ciudadano para la inoculación. Ha de entenderse que todos los connacionales tienen derecho a beneficiarse del proceso que se avecina, dado que se trata de un asunto de salud pública y de solidaridad, pues si uno se vacuna, se protege del virus y a la vez protege a su familia y a su comunidad en general.