A pesar de todos los refranes populares que existen referentes al tema, uno no muere de amor, aunque es inevitable no sufrir por ello. Las relaciones amorosas siempre han sido difíciles de manejar y ojo, cuando surgen muchos conflictos, es señal de que algo va mal.
Aunque actualmente el tiempo disponible es muy limitado y no nos permite compartir mucho con nuestra pareja, esto no significa que la monotonía y el aburrimiento no lleguen para invadirnos y, así nos duela, en ocasiones debemos aceptar que se acabó el amory que los caminos deben separarse para disfrutar y conocer a otras personas.
Si tu pareja no está dispuesta a hablar o a comprometerse contigo y en cada discusión se quiere liberar de cualquier responsabilidad, es muy probable que todo haya terminado. La clave de una relación es la comunicación y culpar al otro por todo significa que la comunicación ya no existe. De esta forma, cuando ves que tienes la culpa de todo de una manera injustificada, es muy probable de que el amor se ha acabado.
Para ser más claros, si deseas sacar tiempo para una determinada actividad, puedes administrar mejor los días para encontrar siempre una solución. Posponer citas o mostrar una constante falta de interés en participar en diferentes situaciones simboliza un cierto desgaste de la relación. Cuando se acaba el amor, también terminan las ganas de invertir tiempo en la pareja.
Todas las relaciones pasan por altibajos. Estos son obstáculos que pueden superarse de una forma u otra si hay amor y comprensión. Si te acostumbras a la idea de que las cosas están mal y crees que la situación se resolverá por sí sola, es mejor detenerse y repensar su relación. En el momento que se acaba el amor, tienen dos opciones: o trabajar para mejorar juntos o continuar cada uno por su camino. Así de sencillo.