La pregunta más frecuente que me han hecho por estos días es si yo votaría por Vicky Dávila a la presidencia de la república y se sorprenden cuando mi respuesta es afirmativa, no sin antes advertir que el sí a la periodista bugueña dependerá de la propuesta que ponga a consideración de los colombianos.
Reconozco en la exdirectora de Semana el temple y la firmeza para enfrentarse a dos presidentes que usaron todo el poder del Estado para amilanarla y de los dos combates salió maltrecha pero airosa.
Pero más allá de mi pensar sobre la nacida en la tierra del Milagroso, creo que el país está en medio de una coyuntura para que las riendas sean asumidas por una mujer.
El abanico es amplio y diverso pues hay damas preparadas y probadas en diferentes escenarios.
Se me antojan nombres como el de María José Pizarro, Marlen Castillo, María Fernanda Cabal, Dilian Francisca Toro Torres, Carolina Corcho, Claudia López, la misma Francia Marquez quien a pesar de estar en el ojo del huracán por su gestión, es una líder que se ha ganado un espacio en el contexto nacional.
Ese ramillete al que se podrían sumar otras que usted tenga en mente, abre la esperanza de encontrar a una presidenta que después de 200 años de hegemonía masculina le den al país un enfoque diferente al ejercicio del poder.
Es tiempo de deja atrás la frase aquella de que Colombia no está preparada para ser gobernada por una mujer, frase que muestra el acento machista de la sociedad. Curiosamente esa frase manida es pronunciada por mujeres, público que debe ser el primero a convencer por la o las candidatas.
Tema 2. Muy loable que Armando Benedetti haya iniciado o este en un proceso de rehabilitación y quiera salir adelante, pero debería ser consiente que le presta un flaco servicio al gobierno del presidente Petro quedándose a la sombra, pues el escándalo con Laura Sanabria y los hechos de violencia intrafamiliar ya hicieron el daño y es casi imposible resarcirse.