Hace algunos días cuando departía con mi familia en una heladería de Guadalajara de Buga escuché sin querer la conversación de dos mujeres y una de ellas le preguntó a la otra: “¿Después de Buga qué sigue? Su interlocutora le respondió: San Pedro y Tuluá, y de inmediato la inquieta dama le dijo: y ¿en Tuluá qué hay?; nada.
Aunque me pareció dolorosa la respuesta, analizándola a fondo tiene mucha de razón, pues turísticamente no hemos construido nada más allá de la imagen de ciudad comercial, por cierto muy venida a menos en el último tiempo.
Ese diálogo entre las turistas que por su acento provenían del sur del país, me llevó a reflexionar sobre lo que Tuluá oferta hoy en materia turística, y lo que podría ofertar a futuro si decidimos darle un viraje a la manera de gobernar este golpeado Corazón del Valle.
Echando un vistazo a lo que tenemos podríamos pensar en potenciar la creada Vuelta a Oriente y ponerle pies y cabeza a la Ermita Cruz del Picacho con un santuario en el cerro creando alrededor una oferta gastronómica exquisita y variada y enlazándolo con el Jardín Botánico Juan María Céspedes, un patrimonio desperdiciado.
Una acción similar se podría implementar con el Anillo Agrícola que se inicia en la Capilla del Santo Aparecido o del Descendimiento con 125 años de historia y donde se podría impulsar la construcción de la Basílica Menor, y con la vía recuperada potenciar la oferta gastronómica de Tres Esquinas, Bocas de Tuluá y El Salto Andalucía.
Pero también hay que repensar el Parque de la Guadua, un hermoso pulmón verde al que se le podrían construir piscinas naturales para que se haga más atractivo. Algo similar podría ocurrir con el Parque Carlos Sarmiento Lora y el propio complejo de Comfenalco.
Y algo más osado y anti popular entre los tradicionalistas sería cambiarle el uso al elefante blanco llamado Aeropuerto Farfán para que inversionistas privados hagan allí un parque temático tipo Tardes Caleñas.
Como pueden leer, hay muchas cosas que podríamos hacer, pero para eso necesitamos un gobierno con visión y que vaya más allá de los proyectos de siempre que terminan fortaleciendo finanzas particulares.