No sé si pedir mesura y calma al presidente Gustavo Petro sea una utopía pero hoy más que nunca este país necesita que el gobernante elegido por un poco más de 11 millones de colombianos se baje del Olimpo de los dioses donde se trepó o lo treparon y piense que la patria reclama no a un caudillo sino a un estadista.
Sus recientes pronunciamientos que desataron un enfrentamiento con el Fiscal de la nación, sumado a la crisis ministerial que generó la negativa de los partidos de coalición de respaldar a raja tabla sus reformas, son desde mi punto de vista mensajes equivocados que exasperan los ánimos y alimenta un conflicto interno que nada positivo aportan al país.
Con el Plan de Desarrollo Nacional aprobado bajo el sugestivo título de: Colombia Potencia Mundial de la Vida, le llegó la hora al presidente Gustavo Petro de empezar a gobernar e ir dejando de lado esos discursos ventijulieros con los cuales motivó al electorado en la contienda pasada.
Es hora de materializar una política económica que le ponga freno a la creciente inflación, que estabilice los precios del combustible y que una vez por todas empiece a incidir en la baja de los precios de la canasta familiar, pues la gasolina y la carestía de la comida hacen parte de esa olla a presión que cada día sube su temperatura y amenaza con estallar.
También tengo claro que hoy el país le reclama a quienes se han declarado en oposición la misma mesura que planteo para el presidente Petro y de alguna manera abrir un compás y darle tiempo que implemente sus propuestas dejando de lado el papel de profetas del desastre.
En ese rol también debemos ingresar los medios de comunicación, especialmente aquellos que están imbuidos por el espíritu de los like y que, en ocasiones con titulares y noticias sobredimen-cionadas ayudan a generar el caos.
Nuestra responsabilidad como periodistas, propiciar debates, análisis y si se quiere controversias, pero con fundamento y no dejándonos apresar de sentimientos políticos partidistas que hay que reconocerlo entró hacer parte de la agenda mediática.