Me llamó poderosamente la atención leer el comentario de una dama a una publicación hecha por la Alcaldía de Tuluá, en la red social Facebook, en la que se anunciaban las medidas especiales que se adoptarían con la finalidad de prevenir desmanes y hechos que lamentar durante la celebración de la noche de los niños este 31 de octubre.
La ciudadana que comentó el articulo escribió diciendo que: “Ojalá el alcalde haga cumplir lo anunciado”, frase que me sirve de combustible para esta nota de opinión, pues de entrada me permite reconocer que ese es el punto clave de la problemática, pues los padres y/o adultos responsables, han perdido el dominio sobre el accionar de sus hijos y olímpicamente le dejan esa tarea a las autoridades.La expresión de la dama en mención la usan y aplica plenamente para mencionar a los padres de familia que creen que las escuelas y colegios son guarderías donde dejan a sus hijos descargando toda esa responsabilidad de la crianza a los profesores con todo lo que ello implica.
No me cabe la menor duda que esta sociedad se empezó a descarrilar cuando los papás dejamos de ejercer la autoridad siendo atrapados por los impulsos de la crianza moderna donde reprender con autoridad se convirtió en un pecado grave y entonces hay que dejarlos hacer lo que quieran para no exponernos a las sanciones que el nuevo orden legal precisa.
Ahora más que nunca esta sociedad venida a menos requiere que los padres de familia asumamos el control de este barco como la única manera de garantizar que ancle en un puerto seguro.
Basta ya de estar esperando a que el alcalde, la policía o los maestros controlen, eduquen y formen a nuestros hijos, pues esa tarea por mandato de Dios y de las leyes terrenales nos corresponde a quienes recibimos tan grande responsabilidad y de esta manera construir una sociedad diferente de donde emerjan los nuevos liderazgos.