Jaime Ramírez Cobo es el hijo único de una maestra de escuela bugueña que, de la noche a la mañana, se convirtió en un supuesto y poderoso tramitador de multimillonarios contratos direccionados desde la presidencia de la República para favorecer a miembros de la Comisión de Crédito Público de la Cámara de Representantes, en virtud a su muy influyente cargo de asesor del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE)-Jefatura Despacho Presidencial, según investigaciones que hoy realizan, la Corte Suprema de Justicia y la Fiscalía General de la Nación.
Ramírez inició su carrera en el sector público de la mano de un ex senador bugueño como coordinador de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL), fue allí donde fortaleció su relación con la hoy canciller de la nación Laura Sarabia, quien para entonces era UTL del hoy ministro del interior Armando Benedetti, pero su amistad con la Sarabia venía de mucho tiempo atrás, según declaración del mismo Jaime Ramírez Cobo a la Corte Suprema de Justicia.
El destino le jugó una mala pasada a este abogado especializado en derecho constitucional y piloto de aviación, pues cuando se disponía a viajar al extranjero llegó su amiga Laura Sarabia y le propuso que se fuera a trabajar con ella al palacio presidencial donde acababa de ser nombrada directora del DAPRE. El hombre aceptó y puede afirmarse que allí se iniciaron todos sus problemas porque su función principal era la de ser el contacto entre Petro y el Congreso de la República, donde -sin ser mago de profesión- se sabe que además de hacer las leyes, muchos parlamentarios se dedican a la deliciosa tarea de cabildear, a hacer del congreso el más grande centro de tráfico de influencias que existe en Colombia, obvio que terminaría enredado.
Hoy la Fiscalía le ofrece un principio de oportunidad a Jaime Ramírez Cobo “como una figura clave” en el entramado de corrupción más grande de los últimos años en Colombia, su testimonio “podría ser determinante no solo para su futuro, sino para el rumbo de la política nacional en los próximos meses”. Creo en la inocencia del bugueño, solo era un contacto, los ladrones siguen en sus puestos.