Últimamente se ha dado por hecho que la salud mental en los jóvenes se degrada, entre los trece y los veintiocho años existe una amplia brecha de estrés, una que además se encuentra cargada con artillería pesada de otras emociones intrusivas.
Desde el campo hasta las ciudades se ha extendido, por diversos motivos que influyen inmensamente, como conflictos externos asociados con violencia, preocupación, inseguridad… situaciones en casa, el trabajo o la escuela. La pregunta es: ¿Recibe la atención que merece? La respuesta es corta, coloquial y tal vez insuficiente: Se hace el intento.
Como novedad psicológica, la salud mental se ha instaurado como prioridad en diferentes ambientes y esto ha permitido un avance enorme, para permitir dar garantía de una mejor calidad de vida, pues aunque no creamos, esta es tan relevante como otro tipo de elementos físicos que hacen parte de nuestro día a día.
Pedir ayuda no refleja debilidad, en su lugar, desprende osadía, porque hacerlo es como empuñar una pesada espada de la cual tal vez dependa tu vida.
A pesar de que existan los instrumentos pata darle cuidado, debemos recordar que estos no pueden ser usados a menos de que abramos la boca.
Es justo que tome tiempo, que esperemos a la persona correcta para desembocar, pero lo más importante es que aunque el caos reine sin autoridad ahí dentro, no frunzamos los labios hasta escuchar el ¡Boom! Y aunque en un principio solo hablamos de jóvenes hay que recordar que todos, sin importar la edad, tenemos el derecho a no estar bien, lo que no debemos es acostumbrarnos a ello y tomarlo sin preocupación como el pan de cada día, porque esa explosión y esa conversación puede jamás suceder y convertirse en un manojo de emociones inmanejables a las que queríamos erradicar abrup-tamente. Así que cuidémonos, abramos la boca y asimismo, abramos nuestro corazón para escuchar a quien el temor, la ira, la nostalgia, la vergüenza o la culpa, le ha sellado los labios, independientemente de quien sea, todos merecemos paz en el interior, alejados de la guerra del exterior.