Medellín
Son imágenes que duelen, familias dedicadas a la informalidad que se desplazan por las calles con niños en brazos mientras tratan de encontrar el sustento del día.
Para evitar que esto continúe sucediendo, nació el programa ‘123 por mí, mi centro la lleva’ de la corporación Viviendo Juntos.
“Atendemos todos los hijos de los vendedores ambulantes, de todas las personas que tienen trabajo informal.
De las familias migrantes, y también de las mujeres que ejercen prostitución acá en la zona de la Veracruz”, señaló Juan Damián Monsalve, director de la Corporación Viviendo Juntos.
En esta sede ubicada en el barrio San Benito, pleno centro de Medellín, desde las 5:30 de la mañana son recibidos bebes recién nacidos, pequeños que empiezan a caminar y quienes están a punto de iniciar la vida académica.
El propósito es que sean sometidos a largas jornada mientras sus padres trabajan.
“A través de ellos, del juego, del arte de la recreación buscamos que las familias entiendan y se acerquen a sus hijos, y a través de ellos un tema de corresponsabilidad”, dijo Jonathan Díaz, agente educativo psicosocial.
Cierran a las 10:00 de la noche, por lo que siempre están acompañados de docentes y personal de apoyo.
Con la pandemia han cambiado los horarios y la presencialidad.
“Acá desarrollamos habilidades y competencias ciudadanas en donde es importante ir más allá de esa historia de vida de cada uno de estos pequeños”, añadió Deicy Paniagua, docente de la corporación.
Medellín, Zaragoza, Nechí, El Bagre y Apartadó son los municipios de Antioquia donde más se denuncia este flagelo.
Barranquilla
El Atlántico es otro de los departamentos afectados por la explotación infantil.
Tan sólo en Barranquilla, más de 1.000 niños han sido identificado bajo estas condiciones.
Los semáforos y las calles principales del norte de la ciudad son el escenario que a diario ocupan decenas de menores en la ciudad.
Entre carros y transeúntes se esconden niños y niñas que aparecen para limpiar vidrios, ofrecer bombones o simplemente pedir caridad.
Aunque se tejen versiones de una supuesta red de alquiler, los mismos padres confesaron que deben llevarlos a sus extensas jornadas bajo el sol, por pura necesidad.
Las cifras han ido en aumento y precisamente para erradicar el trabajo infantil en la capital del Atlántico, las autoridades siguen juntando sus esfuerzos con los que buscan llevar a cero la cifra de ‘los niños del semáforo’.
“Los niños están siendo utilizados como instrumentos de trabajo y nosotros los ciudadanos también tenemos una responsabilidad y es, no dar dinero en las calles.
Cada vez que damos dinero estamos agravando la problemática de que haya un adulto lucrándose de esa actividad”, expresó Silvana Puello, primera dama de Barranquilla.
Por lo menos 20 semáforos de la ciudad han sido priorizados para combatir este flagelo, y cada vez son más los niños recuperados de estos entornos.
“Este es un trabajo articulado que se viene realizando con el ICBF, Policía de Infancia y Adolescencia, Migración Colombia (…) y no hemos parado durante la pandemia, seguimos haciendo búsquedas activas”, agregó Santiago Vázquez, secretario de Gestión Social de Barranquilla.
Las búsquedas activas también iniciaron en soledad y se extenderán a otros municipios del Atlántico.
Cali
En la capital vallecaucana, en el último trimestre del año 2020 se les reestablecieron los derechos a cerca de 100 niños después de ser encontrados trabajando en los semáforos.
Se han identificado cerca de 50 puntos en la ciudad dónde se ejerce ésta práctica.
En un video captado por las cámaras de Noticias RCN, dos mujeres son abordadas por la Policía de Infancia y Adolescencia, quienes estaban acompañadas de un coche con dos menores a bordo, por lo que de inmediato fueron conducidas a las autoridades competentes.
“Hemos identificado 50 puntos donde hemos priorizado y visibilizado que están en trabajo infantil y mendicidad”, explicó Diego Córdoba, jefe seccional de Protección y Servicios Especiales de la Policía Metropolitana de Cali.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta el 2018 en Cali, había 2.373 niños trabajando en las calles, algunas veces solos y otras en compañía de adultos de los que, en ocasiones, no se conoce su parentesco.
“Con Policía de Infancia y Adolescencia se verifica el estado de los niños y los padres que en ese momento están con ellos, se reestablecen los derechos y verificamos si tienen salud, educación”, añadió Córdoba.
El llamado de autoridades locales es investigar porque muchos de los menores son alquilados por terceros.
“En Cali podemos evidenciar practicas donde alquilan los niños, o los prestan, y los llegan hasta sedar para que se comporten en los semáforos de determinada forma y así puedan generar conmoción en las personas que pasan y rondan por los semáforos de Santiago de Cali”, reveló Juan Martín Bravo, concejal de la ciudad.
En el último trimestre del año 2020, a cerca de 100 niños se les reestablecieron los derechos.
Fuente: NoticiasRCN.com