Luego de dos semanas de discusiones entre gremios empresariales, centrales obreras y con la ayuda e intermediación del Gobierno, hoy llegó a su fin la Mesa de Concertación Salarial. Aunque se esperaba -y todo apuntaba- a que este año dicho ajuste se hiciera por decreto, ambas partes llegaron a un acuerdo y el mínimo subirá 16%.
Esto quiere decir que a partir del primero de enero de 2023, el salario mínimo, que gana menos de la mitad de los ocupados en el país, subirá a $1,16 millones ($1.160.000 exactamente), un aumento de $160.000 cuando se tiene en cuenta que el monto viene de ubicarse en $1 millón durante 2022.
Así como subió el salario básico, también se incrementará el auxilio de transporte, el cual actualmente se encuentra sobre los $117.172. Ahora, con el aumento de 20% que definió la Mesa en la mañana de este jueves, el auxilio se ubicará en $140.606 para 2023.
Mínimo más auxilio de transporte
La conclusión de la negociación entonces es que sumando el salario mínimo de 2023, con el auxilio de transporte ajustado, todo quedará en $1,3 millones ($1.300.606). Según el Dane, esto será lo que recibirán cerca de 9,54 millones de ocupados de manera formal.
¿Qué tan buena medida es contar con un salario mínimo?
La academia ha entregado varias investigaciones que muestran el rol que tiene el salario mínimo en los países que cuentan con esta figura.
Si bien es cierto que esta es una medida que se toma pensando en el trabajador y en que este pueda suplir sus gastos mínimos mensuales con su salario, en la práctica esto no es tan claro.
Al intervenir directamente en el mercado laboral y no dejar que este se regule por sí solo, equilibrando la oferta de empleos -y per sé de salario- y la demanda de este, las investigaciones han encontrado que la existencia de este coarta el número potencial de empleos que puede crear la economía.
Lo anterior en relación a que las empresas, en medio de sus limitaciones y lo que puede o no pagar por un servicio dado, no puede simplemente negociar directamente con el trabajador su salario y labores, sino que está obligado a darle un contrato y pagarle un sueldo fijo.
Países que cuentan con esta figura (de salario mínimo) tienen en común altos niveles de informalidad explicados, principalmente, por la incapacidad de las empresas de emplear el personal necesario a un costo tan alto.
Y como las personas necesitan trabajar para tener un ingreso y poder desarrollar sus actividades diarias, estas no se quedan cruzadas de brazos sino que acuden a cualquier actividad que les registre ingresos -generalmente por debajo del mínimo y sin contrato laboral- .
Tomado de: LAREPUBLICA