Conrado, de 56 años de edad y residente en el barrio Santa Rita, en el municipio de Tuluá, siempre viajaba en compañía de su esposa Omaira, pero ese día iba solo porque ella, por esas cosas que muchos llaman del destino, no pudo acompañarlo.
Esa noche era oscura y lluviosa, según expresó el capitán Rafael Arango, comandante de Bomberos en Sevilla, lo que hizo el recorrido un poco más complicado. «Además, la berma está prácticamente invadida por la maleza y la señalización es escasa y cuando llueve se presentan charcos en la vía, haciendo que los conductores maniobren con mucha precaución».
DATO: Más de ocho horas estuvo el cadáver en la vía hasta que por fin hicieron el levantamiento.
En medio de ese panorama se presentó el percance vial. Conrado, quien bajaba para el centro del Valle se estrelló contra otra moto en la que se desplazaban dos hombres, quienes resultaron heridos.
Espitia Ramírez, falleció allí como consecuencia de las lesiones recibidas. Los heridos fueron trasladados hasta el Hospital Centenario y al menos uno de ellos, que estaba en delicado estado de salud, fue remitido a otro centro asistencial de mayor complejidad.
Como era de esperarse, la noticia tomó por sorpresa a doña Omaira y a su hijo, al igual que a sus familiares. Quedaron fríos. No era para menos.
Incluso ella, alcanzó a llegar hasta el sitio donde estaba el cuerpo sin vida de su esposo y lo más cruel, relata, es que solo hasta las cinco de la mañana del domingo 24 de abril fue posible realizar el levantamiento del cadáver, porque ninguna autoridad se hacía cargo. Ni tránsito departamental, ni la Policía de Carreteras.
Allí, durante toda la noche prácticamente, estuvo Conrado, acompañado solo de su hijo y sus sobrinos, quienes velaron a su lado, en medio de esa noche fría y con el dolor más grande que les llegaba a lo más profundo de sus almas.
Mientras tanto, doña Omaira se desplazó hasta el municipio de Bugalagrande para que autoridad alguna, porque no podían ubicar al inspector de policía, fuera por fin a realizar el levantamiento del cuerpo.
Hecho que solo fue posible casi una hora antes del amanecer y fue trasladado hasta Tuluá, donde Medicina Legal lo entregó a sus seres queridos el lunes 25 de abril, a las seis de la tarde, quienes lo trasladaron hasta Santa Rita del Río donde le dieron el último adiós.