Por esa razón, al llegar al inmueble tocaron a la puerta en varias oportunidades y como no obtuvieron respuesta, los uniformados del cuadrante decidieron ingresar a la edificación ubicada en la calle 37 número 18 A -20.
Cuando llegaron al tercer piso se encontraron con el cuerpo sin vida de Jairo Galvis Garzón, de 55 años de edad, quien estaba suspendido de una soga que ató a su cuello y a una viga instalada sobre las escaleras que llevan a la terraza.
De acuerdo con lo establecido, por el estado de descomposición que presentaba el cuerpo del hombre, la decisión de acabar con su existencia la habría tomado tres días atrás, además porque los vecinos ni los inquilinos de los primeros pisos de la casa lo habían vuelto a ver desde el fin de semana.
Según se informó, se desconoce si la víctima dejó alguna nota explicando los motivos que lo llevaron a tomar tal determinación, por esa razón el caso quedó en manos de la autoridad competente.
Galvis Garzón, mecánico de profesión, nació el 22 de marzo de 1953 en la ciudad de Tuluá y, según se dio a conocer, vivía solo, aunque durante su vida residió en el mismo sector donde buscó su muerte.