Francisco se desempeñaba como barbero, oficio que compartía con su padre en un establecimiento ubicado en la zona céntrica del municipio, razón por la cual era reconocido y gozaba del cariño de la comunidad que admiraba su carisma y calidad de su trabajo.
La víctima, a quien le decían “Mellizo”, había nacido hace 37 años en esta población del norte del Valle y, aunque estuvo durante un tiempo fuera de su tierra natal, había regresado para continuar su labor, gozando del cariño de su gente y compartiendo en familia.