DATO: Con los hechos violentos de esta semana a 46 se elevó el número de personas asesinadas este año.
“Ni lo uno ni lo otro”, dijo un investigador a este medio. ¿Entonces?, fue la pregunta: las investigaciones, al parecer, estarían encaminadas a situaciones particulares, que hacen parte de la reserva que en este momento están manejando las autoridades y sobre las cuales están trabajando, las mismas que, según ellos, podrían permitirles esclarecer el caso en próximos días, dando con los autores materiales del hecho, inicialmente.
¿Cómo sucedió?
Eran alrededor de las 7:30 de la mañana, del martes 10 de mayo, cuando el señor Wilson Caicedo Gómez se desplazaba en un vehículo tipo automóvil por la carrera 26A, en pleno barrio La Trinidad.
Algunas personas sostienen que la víctima detuvo la marcha del automotor, en la citada vía, entre calles 17 y 18, y cuando descendía del Renault 12 de color azul, fue sorprendido por un pistolero, que se desplazaba como parrillero en una motocicleta que le propinó tres balazos en distintas partes del cuerpo.
Gravemente herido, fue trasladado, infructuosamente, hasta urgencias de la Clínica San Francisco, donde lamentablemente falleció.
¿Quién era?
De la víctima, se informó que residía cerca del lugar de los hechos, en el barrio La Graciela. Era una persona que tenía relación con algunos bienes raíces y muy reconocida en ese sector de la Villa de Céspedes.
Incluso, esta familia aún no se reponía de la muerte de una hermana de don Wilson, quien falleció por causas naturales pocos días antes de que se registrara este lamentable homicidio.
Wilson Caicedo Gómez era abogado de la Universidad Santiago de Cali. Hizo parte de la rama judicial como Juez Civil en los municipios de El Dovio, Andalucía y en la Villa de Céspedes.
El sepelio de este profesional del derecho, que hacía parte de una reconocida familia de tradición conservadora, se llevó a cabo el pasado miércoles 11 de mayo en la parroquia de María Auxiliadora en el barrio Salesiano.
Sus gustos
Caicedo Gómez, además de haberse desempeñado como juez civil, fue comerciante de materiales de construcción, ropa, víveres y abarrotes en Casa Wilson, que estuvo localizada frente al edificio de la Alcaldía en la calle 25 entre carreras 24 y 25.
Dentro de sus principales pasatiempos estaba tocar guitarra en familia y con amigos.
Sin embargo, una de sus pasiones era montar a caballo.
El homicidio del profesional del derecho elevó, en su momento, a 43 el número de personas asesinadas en lo corrido del año en Tuluá. Sin embargo, esa cifra aumentó al día siguiente con los tres asesinatos que se registraron.