El 14 de agosto de 1988 el Club Rotaract Tuluá puso en marcha un evento que sin proponérselo se convirtió en uno de los más importantes en el Corazón del Valle. Su escenario natural fue el aeropuerto Farfán, luego llamado Heriberto Gil Martínez.
El Festival Regional de Cometas reunió por más de 20 años a millares de familias que llegaban de todos los sectores de Tuluá y el centro del Valle para disfrutar durante dos días del espectáculo de los aeromodelos, ultralivianos y obviamente del central que reunía a los mejores elaboradores de cometas de la comarca.
Por la tarima del certamen desfilaron artistas de talla nacional e internacional y se convirtió en la vitrina de los locales que soñaban con estar en los grandes escenarios.

Era una competencia sana en torno a las cometas más pequeña, la más grande, la más moderna, la elaborada con papel periódico del Semanario EL TABLOIDE, el mejor logo del Club Rotaract, entre otros muchos modelos.
Fue un certamen que con el paso del tiempo se convirtió casi en obligatorio en la agenda anual de los tulueños que, tan pronto llegaba la temporada de verano y con ella los vientos, empezaban a trabajar en la elaboración de su cometa.
El Festival Regional de Cometas junto a la Feria se convirtió en símbolo de Tuluá y la región y son muchos los que añoran que vuelva para causar alegría y prestigio al Corazón del Valle.
Un hermoso propósito
Pero más allá de las cometas, la unión familiar y la activación comercial que generaba, el mayor logro del Festival Regional de Cometas fue la creación y fortalecimiento del Banco de Implementos Ortopédicos, pionero en la región y que le prestó y sigue prestando un servicio invaluable a la comunidad tulueña y centro vallecaucana.