Los tulueños ya perdieron la cuenta de los intentos fallidos en pro de poner a volar aviones desde la pista del aeropuerto Farfán, que desde el año 2004, por mandato de un Acuerdo del Concejo Municipal, recibió el nombre de Heriberto Gil Martínez, un teniente y aviador tulueño que ofrendó su vida en la guerra de Colombia contra Perú.
Un poco de historia
De acuerdo con los datos recopilados por historiadores locales, los orígenes del Aeropuerto Farfán se remontan al año 1946 cuando los visionarios de la época contemplaron la necesidad de construirlo dada la situación geográfica del municipio de Tuluá y su riqueza, tanto agrícola como de proyección comercial que por esas calendas ya demostraba.
Los mismos apuntes históricos existentes indican que el Concejo Municipal aprobó diferentes acuerdos que, acorde con la figura pública de la época, autorizaban al personero del municipio negociar los predios para comprar el terreno, que era propiedad del ciudadano Víctor Domínguez, el cual quedaba situado a por lo menos tres kilometros de la zona céntrica de Tuluá y en paralelo a la carretera que iba hacía Riofrío.
El personero, acatando la orden del Concejo, adelantó los trámites de la compra acudiendo a un préstamo en el Banco de Colombia. Acto seguido, el propio Cabildo nombró a los ilustres ciudadanos Federico Restrepo White, Manuel Victoria Rojas. Arcesio Villegas García, Luis Uribe Restrepo como integrantes de la junta pro aeropuerto.
Los mismos reportes indican que el 6 de septiembre de 1946 se iniciaron los trabajos y fue inaugurado el 28 de julio de 1947. Por acuerdo, el 16 de octubre de 1946, se encargo a las Empresas Municipales de la construcción, administración y explotación del terminal aéreo, proyectándose una pista de 1450 mts de largo.
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Los primeros vuelos
Antes que llegaran las grandes marcas, desde el Farfán volaron pequeños aviones que tenían como destino la Costa Pacífica, especialmente al puerto de Buenaventura.
De manera posterior empresas como Avianca u ACES pusieron sus ojos en Tuluá y se destinaron tiquetes para varios destinos del país entre ellos Bogotá y Medellín.
En todos los tiempos la gran dificultad que ha afrontado el aeródromo de los tulueños es la falta de pasajeros, lo que no da punto de equilibrio financiero.
Un nuevo intento
Después de muchos años de estar paralizado, en el año 1999 llegó a la ciudad Latina de Aviación, una empresa con aviones un poco más modernos y que logró motivar a los tulueños que en varias ocasiones lo usaron para viajar a Bogotá.
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El Tabloide, testigo de excepción
En 50 años de existencia, EL TABLOIDE ha sido testigo de primer orden del devenir de un bien patrimonial que por demás fue liquidado en el año 2014.
En este medio siglo de vigencia en la región hemos dado cuenta de los buenos momentos del Aeropuerto de Farfán promoviendo desde nuestras páginas varias campañas para su reactivación.
Hoy sigue ahí, sirviendo de base y campamento para los soldados del batallón de Alta Montaña y para recibir vuelos ocasionales de la Fuerza Pública.