El libro, que tiene record de ediciones, que ha sido traducido a infinidad de idiomas, que ha suscitado los más álgidos debates en la academia y que le alcanzó para llegar al cine latinoamericano, retrata los momentos más difíciles de la política del país en la primera mitad del Siglo XX recreando y dándole vida a personajes como León María Lozano quien, a través de cada una de sus páginas, alcanzó las características de mito, el mismo que hoy prevalece en una Tuluá que solo ha cambiado de protagonistas, pues sus días discurren en medio de convulsionados momentos donde la violencia que tiene diferentes orígenes está presente.
Edición de lujo
Muy a su estilo, Álvarez Gardeazábal decidió conmemorar el aniversario 50 de su obra prima la que escribió durante su estadía en la ciudad de Pasto a donde llegó como docente de humanidades.
DATO: En el año 1971 el libro recibió el premio Manacor de manos del premio nobel Miguel Ángel Asturias.
“Dadas las inenarrables circunstancias por las cuales me tocó asumir la totalidad de los costos de la edición conmemorativa de los 50 años de Cóndores no entierran todos los días y la imposibilidad sanitaria de podernos reunir este 27 agosto a celebrar tan satisfactorio aniversario, me veo obligado a entregar por mensajería el ejemplar firmado a cada uno de quienes habría invitado a recibirlo personalmente”, dice el mensaje que acompaña el libro hecho llegar a sus amigos más cercanos en una edición finamente editada.
Cincuenta años después y en un nuevo formato de edición, Cóndores no entierran los días llega para ratificarse como un libro que nació para volverse leyenda y que desde su primera edición en Editorial Destino de Barcelona se volvió en un documento histórico que pudo reflejar en cada una de sus páginas la historia de la violencia en Colombia vista desde Tuluá y que le permitió ganar el premio Manacor.