La situación no es nueva y aunque la Secretaría Agricultura y otras entidades ambientales la conocen poco han hecho por este lugar que debería ser la cara a mostrar en este tradicional barrio de Tuluá. A la par del trabajo devastador que hacen los insectos al lugar, como a otros tantos en la ciudad, le hace falta un poco más de cariño por parte de la Administración Municipal y los vecinos del sector que podrían poner su granito de arena para recuperar el lugar.