La iniciativa, apoyada por la Alcaldía Municipal en alianza con la parroquia local, la institución educativa de Naranjal y las organizaciones comunitarias, buscó enviar un mensaje claro: la paz se construye y se vive en la vida cotidiana de las familias, en las calles y en las escuelas.
Durante la semana, niños y jóvenes recorrieron las calles con banderas blancas, simbolizando la esperanza y el compromiso de las nuevas generaciones con un futuro en paz. Eucaristías, encuentros comunitarios y reflexiones sobre reconciliación y convivencia hicieron parte de la agenda desarrollada. “El mensaje que sale de Naranjal es sencillo pero poderoso: la paz no es solo un deseo, es una tarea diaria que nos convoca a todos.
Como Alcaldía seguimos acompañando y promoviendo estos espacios que reafirman nuestra fe y la fuerza de nuestra gente”, afirmó el alcalde Julián Muriel Andrade. Por su parte, la comunidad destacó el valor de estas jornadas que, más allá de lo simbólico, generan unión y sentido de pertenencia.