Cuando el traidor Alvaro Leyva publicaba cartas llenas de sandeces contra la persona del Presidente de la República el cubrimiento del periodismo corporativo era vasto, pero cuando se lanza al golpe de estado, según sus audios revelados, ahí sí es un viejo loco.
En el último mes hilan eventos para tumbar al presidente así: un anodino legislador uribista intenta denunciar al jefe de estado por drogadicto sin prueba alguna pero con los reflectores de los medios, luego atentan contra el senador Uribe Turbay para que parte del centro, toda la derecha y su extrema política salieran a culpar a Petro, y llevar a la “gente de bien” a la plaza Bolívar a que gritara “fuera Petro”.
A la par, demandan a la Fiscal General ante la misma sección del Consejo de Estado que ha tumbado alcaldes, gobernadores, congresistas y embajadores del Pacto Histórico, mientras el Consejo Nacional Electoral proseguía su proceso inconstitucional contra el jefe de gobierno, y el Registrador se negaba a ejecutar el Decreto de la consulta popular.
La facción derechosa de el Congreso, y de los partidos políticos, viaja a Estados Unidos a reunirse con los mismos legisladores gringos que nombra Leyva, y luego piden reunirse con los militares nacionales ignorando a su comandante supremo que no es otro que Petro, pero por fortuna no les copiaron.
El colofón para dar el golpe era un Petro solo en la plaza pública, y para eso mataron gente con sus atentados, pero el campo popular respondió en Cali, y luego en Medellín, tanto que dio para aprobar la reforma laboral, y la pensional. El golpe de Estado se les embolató, pero sigue vivo y por ello USA retiró su embajador de nuestro pais, y la Cabal se sostiene en que hay que impedir que el presidente termine su periodo constitucional.