El diario El Tiempo publicó en su edición dominical un capítulo del libro “Vicky Dávila, mi historia y el costo de decir la verdad” allí narra la dramática anécdota de la difícil relación con su padre, de sus enfermedades, del maltrato y violencia del que fue objeto su madre y de como a sus dieciocho años, en un episodio de esa naturaleza lo enfrentó y le gritó “Papá, usted es un hijueputa. A mi mamá no la vuelve a maltratar”.
Esto ocurrió en plena calle, el hombre asombrado por la reacción de su hija dio media vuelta y se marchó. Recordé de inmediato otro libro, “Mi vida” del ex presidente gringo Bill Clinton, quien narra un hecho parecido con un padre maltratador y -como Vicky- siendo adolescente lo enfrentó para defender a su madre. Hechos que enseñan una realidad que no tiene geografía ni cultura específica, pero muestran como algunas personas son dueñas de una condición humana determinante, retadora y protectora.
Después de una larga y exitosa carrera periodística, hoy Vicky está en plena campaña para llegar a la presidencia de la República, con opción real de lograrlo y comandar las huestes anti petristas y oxigenar la tóxica política colombiana.
A ella la conocí a instancias de mi esposa Consuelo Osorio, quien era profesora del colegio Nazareth de Tuluá, donde Vicky era su alumna y amiga, en varias ocasiones la llevé como pasajera en mi carrito Suzuki de dos tiempos desde Buga, donde residíamos. En cierta ocasión yo necesitaba una cantante para un acto cultural en el Salesiano -donde también era profesor- y Vicky, dueña de una hermosa voz, nos acompañó al evento que fue todo un éxito.
El Valle del Cauca tiene en Vicky Dávila una opción presidencial en circunstancias casi catastróficas para la nación, ella representa un ideario libertario, democrático y anti populista que desde ya resiste la ofensiva del aparato publicitario del régimen petrista, la descalifican, ofenden y calumnian de la manera más perversa, pero ella sabrá enfrentarlos como enfrentó a su padre maltratador, con la fuerza de quien lucha por una causa justa. De ganar la presidencia Vicky sería la primera mujer en lograrlo y la segunda persona bugueña en ocupar el solio de Bolívar.