El barrio Las Delicias, ubicado en la parte occidental del municipio de Tuluá, es sin duda uno de los más tradicionales y reconocidos pues de alguna manera marcó el crecimiento urbanístico de la Villa de Céspedes como quieran que se originó a partir de la estación del ferrocarril y se extendió hasta los predios que hoy hacen parte de la Transversal 12 entre las calle 25 y la 27, la vía a Riofrío.
Sin embargo, con el pasar de los años se fue achicando tras la aparición de otros barrios, entre ellos La Esperanza, Marandúa y el más reciente, el Tuluá 350 años, un pequeño sector que quedó insertado en Las Delicias y que nació en el gobierno de Gustavo Álvarez Gardeazábal cuando se adjudicaron los lotes del desa-parecido Instituto de Crédito Territorial.
Toda una vida
Luis Alfonso López González, un veterano dirigente comunitario que en varias ocasiones ha estado al frente de la junta de acción comunal, recuerda que en los inicios del barrio jugó un papel importante la vieja estación del ferrocarril, y aún no comprende cómo se permitió que fuera demolida acabando con un patrimonio arquitectónico del municipio.

¿Qué es lo mejor del barrio y qué le cambiaría?
Lo mejor del barrio Las Delicias no me canso de decirlo es sin duda la gente. Aún nos conservamos muchos de las que fuimos familias fundadoras y eso de alguna manera da sentido de pertenencia.
Es un barrio con toda la infraestructura de servicios públicos, hay dinámica comercial, es un barrio tranquilo y sin duda un buen vividero.
«Uno de los planes familiares de nuestra niñez justamente se daba cuando nuestros padres nos llevaban de la mano a sentarnos en las bancas a ver llegar y partir el tren», comenta con algo de nostalgia el dirigente comunitario.
Tiene claro que el haber permitido que se levantara la terminal de transportes, donde hasta hace poco funcionó, generó atraso para la zona occidental, pues obstruyó el flujo vehicular y lo desconectó del centro dejando la movilidad por la calle 25 y la 27. “Por fortuna ese error parece se va a corregir ahora que ordenaron la demolición de la terminal y cuando se anuncia la continuidad de las calles 26 y 27, algo que va a generar un impacto positivo en la comunidad», puntualiza López González.
Eje comercial
“Por su ubicación estratégica, Las Delicias siempre ha sido un barrio donde ha predominado la actividad comercial ubicándose en el sector diferentes unidades de negocio que han ayudado a cambiar el entorno socioeconómico. Los tulueños de antaño recuerdan que antes de la Nancy y la Abundancia el pan se compraba en la panadería de los Arias, conocida como Las Delicias, y los mejores jugos se tomaban donde don José, una marca que hasta hace poco sobrevivió.

Sin campo deportivo
Para Luis Alfonso López, desde su origen, la mayor dificultad que tiene el sector es no contar con un campo deportivo ya que en la época en que se dio la expansión del sector ese no era un tema relevante, pero hoy hace falta, pues aún hay bastante población infantil que debe desplazarse hacia otros escenarios, lo que genera preocupación en los padres de familia.

No hay señales
Al igual que sucede en la mayoría de sectores tulueños, las calles y carreras de Las Delicias necesitan la intervención de la secretaría de Movilidad del municipio, pues la señalización es casi inexistente y eso representa un riesgo para la comunidad, ya que por poseer vías amplias hay quienes abusan de la velocidad.
Aunque reconoce que hay mejoras, el dirigente comunitario solicita una mayor presencia policial, especialmente en las noches cuando las personas en situación de calle deambulan de un lado a otro y muchos de ellos usan los andenes para consumir sustancias alucinóge-nas creando una sensación de inseguridad.
Además de estas necesidades, en este barrio que guarda parte de la tradición tulueña también esperan tener un salón comunal propio, pues a pesar de ser una de las juntas más antiguas nunca han contado con él. Por fortuna en el sector funciona la escuela María Josefa Hormaza, donde se les permite reunirse cuando lo necesitan.