El presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, le impuso el collar de mando en un evento que, a diferencia de lo habitual, se celebró en una sala alterna y no en el Hemiciclo del Parlamento, con un número reducido de asistentes.
La ceremonia, que se adelantó hora y media respecto a la hora tradicional, fue llevada a cabo en un ambiente marcado por la militarización de las calles de Caracas. La presencia internacional fue escasa, con solo un jefe de Estado de la región asistiendo y la mayoría de los países, como Chile, Perú y Argentina, optando por no enviar representantes, mientras que Colombia envió a un delegado diplomático.
Con su nuevo mandato, Maduro enfrentará una continua incertidumbre económica y social en el país, que ha estado sumido en una crisis prolongada.