Ya entró en su recta final el primer año de gobierno del alcalde Gustavo Vélez y los tulueños, tal como nos sucede desde hace casi una década, seguimos expuestos a los riesgos de movilizarnos por las calles enfrentando la carrera frenética de los conductores de ambulancia y sus tripulantes para quienes al parecer rige un código de transito especial que les permite levantar altas velocidades por las calles de Tuluá, pasarse los semáforos en rojo y disputarse los pacientes a quienes prácticamente obligan abordar sus vehículos de socorro, algunos de ellos auténticas chatarras.
Ese es un tema que no es exclusivo de la Villa de Céspedes pues se repite en las grandes ciudades y capitales de donde llegan imágenes tristísimas de paramédicos agrediéndose entre sí para hacerse al paciente que ha sufrido algún percance en las calles de los centros poblados.
Pareciera ser que los alcaldes y los funcionarios de tránsito están maniatados para actuar y poner en cintura a quienes a bordo de un automotor, diseñado para salvar vidas, se convierten en una amenaza pública porque al escuchar las sirenas sonar, los demás usuarios de la vía entran en pánico y tratan de evitar ser chocados o arrollados.
Es tal la magnitud de la problemática que el propio director de la Administradora de Recursos del Sistema de Salud – ADRES, Félix León Martínez, dijo en días pasados que las ambulancias en Colombia no tienen la función misional como sí sucede en otros lugares del mundo y de manera tajante señaló: las ambulancias son una vergüenza nacional e incluso que han probado en el RUNT que muchos de esos vehículos no cuentan con el Soat que es lo mínimo para operar.
Ante estas aseveraciones y viendo los informes que llegan de otras ciudades y como un periodista que camina la ciudad a diario solo me queda por acudir a la mítica frase del Chapulín Colorado ¡Oh! Ahora quién podrá defendernos.
PD. Van unas líneas para don Jesús Salcedo Usma que nos tomó la delantera y quien seguramente ya tuvo su primera reunión periodística con don José Espejo, quien hace 35 años dejó este plano terrenal. Bueno debe ser el coloquio.