Del conciso y sofisticado lenguaje que nos han traído las redes sociales, extraigo dos twitts, el primero del mejor caricaturista del país, Matador: “Imagina que te ganas un chance de $35 millones de pesos, y el primer pago de ese premio son $50 mil pesitos.
El dueño de la casa de chance hace una fiesta con desfile, se toma selfies y te dice que te cumplió. Pasa lo mismo con las vacunas, solo que con muchos muertos” (casi 58 mil muertos, complemento) y el otro es del intelectual Victor Currea de Lugo que recogen las siempre oportunas Tola y Maruja: “Hay gente tan mala que no ve el 0,08% del vaso lleno sino únicamente el 99.92% del vaso vacío.
Polarizadores castrochavistas mamertos, que no dejan trabajar.
Fin del comunicado”, acudir al humor es prácticamente lo único que queda para evitar la congoja que produce constatar el trágico manejo que le ha dado el gobierno a la pandemia, sin renta básica universal existiendo el dinero a usar para este fin, y ambientada con el magazín más soso que haya parido la inventiva televisión colombiana.
No por nada Colombia aparece en los rankings internacionales como uno de los peores países en el mundo para contener el virus.
No habían pasado varios días desde que el presidente ambientara otro número con su explicación de la economía naranja con dos vasos llenos de líquido, cuando avisó con bombos y platillos, y con gabinete a bordo, que llegaba al territorio un cargamento con la asombrosa cifra de 50 mil vacunas, cual fiesta patria.
Sí, llegó el ridículo 0,08% de las vacunas prometidas y se atrevieron a celebrarlo cuando muchos de los países de la región habían empezado vacunación desde diciembre pasado, con un cinismo que habla mucho de la calidad humana de estos personajes, y de la pobreza moral de quienes aún defienden el que es quizás el peor gobierno en las últimas décadas.
Todo parece indicar que definitivamente se vendrá una tercera ola después de las vacaciones de semana santa con las variantes del virus que irán entrando a la nación, mientras el uribismo descaradamente pretende atornillarse en el poder disque alargando dos años el periodo presidencial para terminar de madurar al vástago Tomás, y va echándole la culpa de los contagios a los ciudadanos. Ojo con el 2022!