La humildad es una virtud, inherente a quien ha desarrollado conciencia de sus limitaciones para actuar en consecuencia. Este concepto incluye términos como virtud, conciencia, limitaciones. Definiciones básicas, establecen que, una virtud es una cualidad que se considera moralmente buena; la conciencia consiste en el conocimiento del bien y del mal, que ayuda a una persona a enjuiciar moralmente la realidad y los actos, especialmente los propios.
En cuanto a limitación, se trata de un impedimento que restringe la oportunidad de hacer algo. Las ilustraciones que siguen, provocan ciertas reflexiones sobre la humildad. Miramos, por ejemplo, como en actitud arrogante algunos profesionales que apenas han terminado sus estudios piden a sus empleados que se dirijan a ellos, anteponiendo a su nombre el título de doctor, cuando en la realidad un individuo que opta un título universitario por primera vez, solo ha terminado su pregrado.
Luego, si así lo desea, deberá cursar un programa de 2 o 3 años, conducente a una maestría y posteriormente podrá iniciar un doctorado, que usualmente tiene una duración mínima de cuatro años. En algunos países, a los profesionales que han realizado el recorrido anotado para optar su doctorado, la gente simplemente los llama por su primer nombre a secas.
En otro escenario, es frecuente escuchar la frase “Usted no sabe quién soy yo”, cuando alguien ha cometido una infracción y es requerido por la autoridad competente. En las oficinas, a veces los jefes maltratan empleados. En estos entornos, se podría hablar de arrogancia. Como reacción a este antivalor, es preciso bajar un tanto la cabeza para mirar el piso que nos sostiene y apreciar la bondad de las cosas y de las personas que nos rodean. Esto nos hace más humanos y sensibles a las diferencias y a la valoración del otro.