“Jamas imagine que mi familia pasara por una situación como la que estamos viviendo y mas con mi sobrino Juan Diego, un joven de 23 años con una enfermedad psiquiátrica llamada esquizofrenia con multiples personalidades”.
En el mismo escrito comenta que su sobrino, debido a la enfermedad, “empezó el consumo de sustancias psicoactivas y he ahí el porque estaba en el lugar equivocado y a la hora equivocada para que le hicieran esto”.
Para Anderson, su sobrino, “no merecía una muerte tan macabra, prácticamente era un niño,
solo le gustaba dibujar y cantar y decía que algún día iba a ser un gran cantante como Cosculluela”.
Finalmente, en la publicación explica que el joven no permanecía en la casa, por cuanto su hermana lo tenía en una fundación, entidades que integraba desde hace cuatro años.
“Lastimosamente se saca de la fundación el día domingo para compartir en familia los cumpleaños del sobrinito de él y el día martes sería llevado nuevamente a la fundación,
pero el día lunes en la noche le da ansiedad y sale a Tuluá, donde el día martes es visto por última vez, en la parte central, por los lados de la galería y desde ese día no volvimos a saber nada”.
El tío de Juan Diego, quien habitaba en el corregimiento San José del municipio de San Pedro, concluyó su sentidas palabras de esta manera: “él no merecía esto, Dios mío danos mucha fuerza”.