Sinead Delany-Moretlwe, doctora que ha dirigido este ensayo conocido como HPTN 084, manifestó: “La respuesta ha sido entusiasta.
Se trata de una opción adicional de prevención contra el virus del VIH que encaja en la vida de las mujeres”.
Adicional y en comparación con el tratamiento actual de Profilaxis Preexposición (PrEP), que implica tomar una pastilla diaria de por vida, la doctora Delany-Moretlwe explicó que “es un método superior porque recibir una inyección cada ocho semanas es algo sencillo, discreto, que además elimina el estigma social de vivir rodeada de píldoras”.
Por su parte, el programa de las Naciones Unidas que lidera el esfuerzo mundial y coordina las actividades de los distintos organismos especializados de la ONU para poner fin a la epidemia de sida, Onusida, expresó hoy mediante un comunicado que “los resultados son importantes y oportunos, ya que se necesitan con urgencia más métodos para prevenir el VIH entre las mujeres con mayor riesgo de contraerlo que no dependan de la toma de píldoras diarias o casi diarias, el uso de condones o la abstención sexual”.
“Al igual que con una vacuna contra la covid-19, ahora debemos trabajar para garantizar que estas inyecciones que pueden cambiar la vida (de las mujeres) sean accesibles, asequibles y se distribuyan de manera equitativa”, continuó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Onusida.
Por ahora, según la doctora Delany Moretlwe, el costo de este nuevo fármaco inyectable no ha sido establecido y resaltó que el proceso de fabricación y distribución del mismo no se completará hasta dentro de “dos o más años”, tiempo en el que se espera que los servicios locales de planificación familiar cuenten con inyecciones de Cabotegravir como una opción más de prevención contra el VIH.
Primer paciente que se curó de VIH en el mundo falleció a causa de un cáncer
Se trata de Timothy Ray Brown, conocido como el “paciente de Berlín”, quien luchó hasta el pasado mes de septiembre contra la leucemia, después de convertirse en 2008 en la primera persona en curarse de la infección del virus del sida.
El estadounidense, que al momento de su fallecimiento tenía 54 años, escribió una página de la historia médica del sida.
En 1995, cuando vivía en Berlín, supo que estaba contaminado con el virus. En 2006 le diagnosticaron además leucemia
Como un procedimiento para curar el cáncer, su médico, de la Universidad de Berlín, recurrió a un trasplante de células madre de un donante que tenía una mutación genética rara que le confería una resistencia natural al VIH, con la esperanza de curar ambas enfermedades, y aunque hicieron falta dos trasplantes durante operaciones de alto riesgo, el tratamiento funcionó.
En el año 2008, Ray Brown se curó del sida y del cáncer.
“Soy la prueba viva de que puede haber una curación del sida”, dijo a la AFP en 2012.
Desde este suceso, en marzo de 2019, se anunció otra sanación gracias al mismo método: el “paciente de Londres”, identificado como Adam Castillejo.
El tratamiento de trasplante de células madre tienen cierta complejidad y riesgos asociados que impiden su generalización, sobre todo teniendo en cuenta que los antirretrovirales permiten en general vivir una vida normal con el VIH.
Fuente: La Semana