En Tuluá las autoridades siguen empeñadas en mejorar la percepción de seguridad. Los hechos así lo demuestran. Hubo aumento de pie de fuerza. Se hicieron los anuncios respectivos, pero infortunadamente la sensación de seguridad en el municipio no es la mejor, tanto en nuestra zona rural montañosa, donde la semana anterior se registraron fuertes combates entre Ejército e integrantes de la Columna Adán Izquierdo, como en el área urbana, pese a los ingentes esfuerzos de las autoridades, a las múltiples capturas, que ya son del orden de 1.976, aproximadamente en lo corrido de la actual administración municipal y más de 550 en lo que va de este año y, sin embargo, se siguen registrando los mismos flagelos.
¿Dónde está la solución? El alcalde John Jairo Gómez Aguirre con razón dijo que no existe una varita mágica para terminar con esos flagelos de un solo golpe, que 8es un proceso paulatino, que las cifras así lo demuestran porque cada año esos índices van disminuyendo. Pero lastimosamente, pueden más los hechos de sangre que, aunque esas cifras van en descenso en comparación con el año pasado, siguen generando zozobra. Además, una vida que se pierde es igual de importante. Por eso, no me gusta esa práctica que hizo carrera en nuestro país y es que el tema de los homicidios se mide con relación a cifras de años anteriores y a veces de esa manera se le quiere bajar el tono a la situación. Eso hizo carrera en todo el país. Porque, aunque es un tema que afecta a varias regiones, no podemos quedarnos en aquello que mal de muchos consuelo de…
Para un municipio como Tuluá, e incluso Buga o Cartago, que no tienen una población superior a los 500 mil habitantes, el número de homicidios que se registran anualmente es impresentable.
Pero ese análisis no lo podemos hacer cargándole solo la responsabilidad al Estado, en este caso, autoridades y Municipio, sino que nosotros como integrantes de esta sociedad también debemos pensar qué responsabilidad nos asiste para toda esta situación.
Por ello, los invito a que aportemos nuestro granito de arena, simplemente siendo cada día mejores ciudadanos y especialmente bajándole el tono a la agresividad y siendo más tolerantes.