Ella era integrante de una reconocida familia de Tuluá vinculada el sector gastronómico. Precisamente, Adriana María Arcila, madre de Michelle, en declaraciones a medios de comunicación regional expresó que nunca estuvo de acuerdo con ese procedimiento porque quien iba a realizarlo no le generaba seguridad. “Lo veía muy inexperto, nunca me dio confianza, ya que jamás le hizo los exámenes médicos previos requeridos”, dijo.
Sin embargo, después de que la Secretaría de Salud de Cali ordenara el cierre temporal de la clínica, ubicada en el barrio Limonar, el médico Hernán Olmedo Volverás, quien fue el cirujano que dirigió el procedimiento estético, sostuvo que tiene alrededor de 20 años haciendo práctica en cirugía estética.
Agregó que “lamentaba este suceso en el que falleció la paciente, quien fue intervenida con todos los protocolos requeridos para un procedimiento ambulatorio”.
El profesional de la salud dijo que su evolución inicial fue muy favorable, pero 12 horas después empezó a presentar una complicación por dolor”. El cirujano señala que fue llevada a valoración nuevamente a la clínica, donde entró en paro respiratorio. A pesar de las maniobras de reanimación no se logró recuperar y fue remitida a otra institución de mayor complejidad, donde horas después murió.
No obstante, doña Adriana, insistió en sus declaraciones que el trato que le dieron a su hija no fue el mejor y que incluso debió insistir mucho para que la atendieran cuando la joven estaba en casa y presentó las complicaciones que derivaron en su infortunada muerte.