“Resulta bastante novedosa la propuesta y creo que se debería aplicar en otros sitios de la ciudad, pues ayuda a que los ciudadanos valoremos la importancia de la honestidad, la confianza y el respeto a lo que no es de uno”, comentó Alberto Ríos, un visitante asiduo al edificio y quien admite que en un principio no creyó que fuese a funcionar.