Igual sería en esa misma década gloriosa, las aventuras exitosas para tener un reloj púbico en la torre de San Bartolomé y montar el acueducto, el alcantarillado, la Galería, la Estación del Ferrocarril, el Gimnasio del Pacífico y el Hospital San Antonio.
La idea debió haber surgido del mismo grupo de tulueños que años después conformarían El Círculo Potes, alrededor de la figura legendaria de doña Gertrudiz Potes, mi personaje de novela.
De ese grupo constitutivo de la Compañía de Instalaciones Eléctricas queda una fotografía tomada en un momento memorable de la construcción del desvío del agua del río Tuluá hasta la caída de la quebrada de La Ribera.
Allí están en la foto buena parte de los accionistas que reunieron el capital suficiente para poner en funcionamiento la primera turbina sin apelar a un préstamo bancario.
No están en la foto la media docena de mujeres que suscribieron acciones, ni siquiera Gertrudiz Potes o doña Hortencia Escobar, viuda de Cruz, dos vigorosas y emprendedoras damas del Tuluá de 1920 que a más de volverse accionistas regaron como pólvora entre los suyos la necesidad de que 168 tulueños más hicieran lo propio y juntaran el capital para realizar el montaje de la primera turbina y extender las redes hasta la entonces reducida población que era Tuluá en septiembre de aquél año.
DATO: Tener bombillos de luz eléctrica alumbrando las calles en vez de las farolas de sebo daba estatus.
Así como ese par de mujeres enhiestas fueron motores divulgadores de la obligación de adquirir acciones, la idea surgió en convocatoria que organiza Don Alonso Lozano como presidente del Concejo Municipal y del gesto primigenio de aportar inmediatamente el capital de las acciones adquiridas por parte de don Isaac Lozano, Marcial Gardeazábal, Luis Uribe Restrepo, Diógenes Piedrahíta, Agobardo Potes, Roberto Roldán, Francisco de Paula Victoria y Simón Jiménez Bonilla, quienes se constituyen en los primeros directivos de la Compañía.
De allí en adelante y en menos de tres meses se completan los 170 accionistas y el esfuerzo mancomunado de una sociedad pudiente para volver realidad la construcción de la hidroeléctrica.
Alonso Lozano
presidente del concejo 1920
Su historia, que la han resumido por estos días en este semanario en un gráfico moderno pero lapidario, trascurrió de su nombre inicial de Compañía de Instalaciones Eléctricas a ser la Cetsa de hoy día.
Sin embargo tuvo un largo período en donde la denominación popular fue superior como en muchos momentos de la historia pueblerina a los registros mercantiles.
Para los tulueños fue “La Empresa de Luz”.
Y, obviamente, sus accionistas fueron cambiando pero la gesta de los primeros la seguimos recordando por las conexiones históricas y personales que nos ha tocado tomar frente a ella.
Rafael Isaac Lozano p.
fundador
El hecho de que el primer gerente fuese don Luis Uribe Restrepo, hijo del primer presidente que tuvo la Asamblea Departamental recién instaurado el Departamento del Valle, don Federico Alejandro Uribe y que en 1928 el presidente Abadía Méndez nombrara como su ministro de Obras Públicas al doctor Germán Uribe, hermano de don Luis y que de ese mismo tronco nombraran 50 años después al único tulueño que ha sido ministro (de Hacienda), su nieto Antonio José Urdinola Uribe, le da un carácter especial al papel que la Compañía de Electricidad ha cumplido en la historia de esta ciudad.
Quizás por ello, cuando fui elegido alcalde por segunda vez de esta tierra mía, en 1993, saqué adelante la idea de aprovechar las nuevas reglamentaciones legales que permitían que las empresas de servicios públicos fuesen adquiridas por particulares para poder inyectar los capitales que el municipio no estaba en condiciones de aportar.
Fue apelando entonces a los grandes capitalistas del Valle, Ingenio Manuelita, Corporación Financiera del Valle, Cementos del Valle, Corfipacífico y Corfiboyacá como los convencí que aunados con la entonces mayor accionista de la Compañía, la CVC, que presidía Juan Fernando Bonilla Otoya, gestor de las nuevas leyes adoptadas por el gobierno nacional al respecto, que entraran como socios aportantes.
Marcial Gardeazábal
fundador
Se reformó su constitución accionaria para emprender con ese capital la construcción de la hidroeléctrica de Riofrío II y quedar con cuatro fuentes de energía, la fundadora de La Ribera, la de Cuancua, la del Rumor y la nueva que usa aguas del río Riofrío.
Los últimos años, los dinámicos cambios de las normatividades, pero sobre todo las exigencias de la evolución industrial y urbana de la región, fueron llevando a la Compañía a ser parte de Epsa, (heredera de la CVC Eléctrica), luego del grupo de empresas antioqueñas y ya convertida en CETSA pasar a ser finalmente de Celsia, quien es hoy propietaria del 97 % de las acciones.
En este último interregno se modernizó más aún la Compañía, se construyeron nuevas subestaciones, se presenció la construcción de las dos microcentrales sobre el río Tuluá y se amplió la distribución al máximo posible en las áreas urbanas y rurales del municipio.
Todo este trascurrir ha sido posible porque al mando de la otrora Empresa de Luz estuvieron tulueños comprometidos y entucadores como don Miguel J. Zúñiga que asumió el comando durante 33 años, y don Alfonso Potes y su hijo Carlos A. Potes Victoria que lo ejercieron durante otros 33 años también.
Luis Uribe Restrepo
fundador
En su puesto y a su lado el grupo directivo ha sido selecto y aunque las circunstancias han cambiado, no han dejado de sentirse tulueños así provengan de otras regiones patrias.
Pero lo que tal vez sobresalga más es la importancia que la CETSA ha tenido a lo largo de estos 100 años de historia tulueña como motor de sus empujes, como semillero ancestral de quienes hemos liderado al terruño.
En mi calidad de miembro activo en algún momento de su junta directiva, como consejero de quienes la han manejado, pero sobretodo como tulueño me siento infinitamente orgulloso de poder aportar a la posteridad este mosaico de recuerdos del singular esfuerzo nacido del espíritu cívico de mi terruño y de mis antepasados.
El Porce, octubre de 2020.
Diógenes Piedrahita
fundador