Este problema, más allá de lo estético, representa un riesgo latente para la movilidad y seguridad de los peatones.El buen estado de los andenes es fundamental para garantizar un tránsito seguro, especialmente para los adultos mayores, personas con movilidad reducida y usuarios de sillas de ruedas, quienes se ven directamente afectados por estos obstáculos.
La accesibilidad no debe ser una opción, sino un derecho .Urge que las autoridades competentes intervengan de manera oportuna, evaluando soluciones que permitan preservar el arbolado urbano sin comprometer la infraestructura peatonal. La imagen que acompaña esta nota corresponde al andén que está ubicado a un costado de Puente Negro. Cuidar la ciudad también implica atender lo que crece bajo nuestros pies.