De manera constante, los operarios de la empresa de aseo hacen el barrido y recogen los desechos sólidos que allí se arrojan, pero más se tardan en hacerlo que las personas sin ningún arraigo por la ciudad en volver a dejar la suciedad en el sector. Lo más grave, según la denuncia de los moradores de este sector, son algunos malos vecinos los que incurren en la práctica.
Esta denuncia, que no es para nada nueva, abre una vez más el debate sobre la efectividad del Código Nacional de Policía, pues al parecer y pese a estar promulgado hace varios años, en Tuluá se lo pasan por la faja.