La Villa de Céspedes enfrenta hoy una preocupante crisis de cultura ciudadana y de gestión pública que se refleja en la creciente acumulación de basuras en diferentes sectores de la ciudad.
En esquinas, lotes baldíos y zonas residenciales, es cada vez más frecuente encontrar cúmulos de residuos que no solo afean la imagen urbana, sino que generan focos de insalubridad y contaminación, afectando la calidad de vida de quienes habitan en las zonas aledañas.
Lo más alarmante es que estos lugares terminan convertidos en botaderos improvisados con la permisividad o la indiferencia tanto de los ciudadanos como de las autoridades.
¿Dónde están las campañas educativas sobre el manejo adecuado de los residuos? Lo que debería ser una prioridad se ha vuelto un problema crónico y vergonzoso. No se trata solo de recoger la basura, sino de fomentar el respeto por el espacio público y de hacer cumplir las normas. Se necesita voluntad política, vigilancia efectiva y, sobre todo, un compromiso colectivo.Tuluá merece ser una ciudad limpia y digna.