En Tuluá y como sin duda sucede en otras ciudades del país, existen edificaciones como la escuela María Josefa Hormaza prácticamente terminadas y sin utilizar. El tradicional plantel educativo, ubicado en el barrio Las Delicias, hace parte del paquete de obras que se iniciaron en el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y que por fallas en el sistema de contratación quedaron a medias y en muchos casos lo hecho debió ser demolido en su totalidad, tal como ocurrió con la escuela Caldas y el Instituto Técnico Industrial en la Villa de Céspedes. Es tal la lentitud de los trabajos que este arbusto que germinó en el lugar ya alcanzó una altura como homenaje a la desidia del Estado.