El servicio lo suspendió la propia empresa La Esperanza después de los ataques criminales de los que han sido objeto algunos de sus vehículos, tres de los cuales fueron incinerados la noche del lunes anterior en el corregimiento de Nariño y otro que había sucedido el pasado 15 de diciembre en el parqueadero contiguo a la antigua terminal de transportes. En esos hechos no se registraron víctimas.
Esta decisión se toma después de los hechos de los últimos días y afecta a miles de usuarios, no solamente del área urbana de Tuluá sino también de la zona media de la montaña centrovallecaucana incluido el corregimiento de Ceilán.
Según se desprende del propio comunicado de la empresa La Esperanza, “esa decisión será de carácter indefinido hasta tanto la fuerza pública no garantice la seguridad de nuestros operarios”.
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Es de anotar, que después del hecho registrado la noche del 2 de enero, se conoció un panfleto en el que se amenazaba a algunas personas pertenecientes a la empresa de transportes y en el que se hacen unas exigencias puntuales, que ya son tema de investigación por parte de las autoridades. En el mismo escrito se hicieron advertencias, como el que no circularán más los buses y busetas prestando el servicio urbano de pasajeros hasta tanto no se diera cumplimiento a las exigencias, so pena de atentar contra los conductores.
Pues bien, en la tarde de este miércoles 4 de enero, uno de los motoristas, fue atacado con arma de fuego en la transversal 12 con calle 26, cuando hacía el recorrido de una de las rutas. Gravemente herido fue trasladado hasta la Clínica San Francisco donde se recupera de la lesión que sufrió en el rostro, con un arma de fuego tipo traumática.