La falta de mantenimiento de estos terrenos propicia la proliferación de maleza, convirtiéndolos en espacios propensos a la acumulación de basura y escombros. Esta situación no solo deteriora la imagen del entorno, sino que también genera graves problemas de salubridad. Estos espacios también son utilizados por personas inescrupulosas para arrojar desperdicios, incrementando la presencia de plagas y malos olores.