“Fue una jornada muy bonita pues causa felicidad ver a los pequeños jugar y divertirse sacándolos de la monotonía de sus entornos escolares y familiares”, dijo Luz Dary Vinasco Torres, coordinadora del programa. Agregó que científicamente se ha comprobado que el juego con agua es el mejor ejercicio para el cuerpo, pues proporciona resistencia, lo que ayuda a adquirir fuerza y los beneficios se multiplican cuando el niño está flotando o nadando, ya que la inmersión en el agua le ayuda a desarrollar importantes habilidades de equilibrio y coordinación y mucho más entre quienes tienen permanentemente este tipo de acciones recreativas y lúdicas. En el agua, los niños exploran e interactúan uno con el otro. Van descubriendo cosas y las comparten emocionados al tiempo que suceden. Además, tener logros en el agua ayuda al autoestima. Muchas veces incluso se organizan espontáneamente actividades de equipo que los ayudan a ser más cooperativos y empáticos.