Dentro del documento que expone dichos hallazgos, se relaciona un capítulo que describe los principales indicadores posteriores al nacimiento de los niños (as) que generan señales de alerta y riesgo a la probabilidad de padecer episodios de desnutrición, dentro de este grupo se encuentra el indicador de la escolaridad de la madre.
“Diferentes estudios sobre el particular a nivel internacional han demostrado que existe una relación entre las variables desnutrición y escolaridad de la madre. Se puede aseverar que en la medida que el nivel de escolaridad de la madre disminuye, es más probable que el infante sufra de desnutrición” comenta Catalina Beltrán, directora del programa.
Acorde con esos estudios, del total de nacidos vivos registrados en el año 2022 en el municipio de Tuluá, 46,2% fueron de madres que habían alcanzado la Educación Media como máximo nivel educativo; asimismo, 30,2% fueron de madres que habían alcanzado algún nivel de Educación terciaria, 16,0% habían terminado la Básica Secundaria y 6,7% habían alcanzado la básica Primaria, es decir, que el nivel educativo de las madres en Tuluá en general no alcanza el nivel profesional, y /o no es muy alto, lo que podría sugerir que los recién nacidos tienen mayor riesgo de padecer de alguna carencia nutricional y /o material.