En diálogo con Enfoque, el espacio periodístico de los martes en el Facebook Live de EL TABLOIDE, el secretario de Educación, Ever Antonio Villegas Morantes, reconoció que el proceso lo van iniciar algunos de los colegios que a la fecha han podido cumplir las exigencias y otros están en fases de implementación en medio de la crisis económica que los sacude.
El funcionario local precisó que hoy la educación privada atraviesa una de sus mayores dificultades por la cartera morosa que arrastran, porque algunos padres, migraron con sus hijos para el sector público y otro tanto no quiere matricularlos porque prefieren esperar un poco más de normalidad.
Y si por el sector privado llueve, por el público no escampa y hablar allí de presencia en las aulas parece lejano y solo en marzo se pondrá en marcha el proceso de evaluación del modelo de alternancia con muchas limitantes, pues apenas el Ministerio de Educación asignó los recursos y como lo obliga la norma, muchos de esos procesos deben ir a licitación y ese solo paso hace más complejo el panorama.
Encrucijada en el alma
En la entrevista que da pie a esta nota, el titular de la educación en la Villa de Céspedes, no escondió su desacuerdo con el regreso de los estudiantes a las aulas de clase y de manera tajante precisó que; “Si a Ever Villegas, el ciudadano, le preguntan si está de acuerdo con la alternancia digo que no, pues llevamos casi un año cuidando a los estudiantes y ahora los vamos a exponer” y añadió que se debería esperar a que se esté “en un escenario más seguro, con menos contagios y ahí sí regresar”.
De la misma, manera defendió la tarea de los docentes manifestando que ellos han llevado la mayor carga de la pandemia y asumieron el reto y lo han sacado adelante, trabajo que se refleja hoy en el crecimiento de la cobertura sobrepasando hoy los 25 mil matriculados en el sector público.
“Hoy contamos con 600 docentes que tienen enfermedades de base que impiden su regreso a las aulas, ya hay maestros fallecidos a consecuencia del covid-19, varios de ellos están en las UCI y como si fuera poco ellos asumieron la carga de la virtualidad y pasaron de jornadas de ocho horas a 12 o más porque sus alumnos respondían a sus talleres a las 9 o 10 de la noche cuando lograban conectividad”, puntualizó el funcionario