Hablar de Osmiro Colonia Rodríguez en Tuluá, es hablar de deporte, de logros, de marcas y de historia de Cortuluá, por cuanto fue uno de sus fundadores hace ya 50 años.
En su época de estudiante, con Toña Rodríguez (tiene entre sus méritos haber sido el primer periodista tulueño en cubrir el trabajo de una Selección Colombia de mayores en un evento oficial, hecho que se produjo en Tokio en 1964, clasificación para los Juegos Olímpicos de Tokio)
El “Viejo”, como se le conoce en Tuluá, nació el 22 de julio de 1937 en el corregimiento de Nariño y desde muy niño (a los 12 años), fue gran aficionado al deporte, en especial al fútbol y al ciclismo.
En los primeros años desarrolló actividad en el Gimnasio del Pacífico, lo que le dio una formación integral. Luego integró el equipo de fútbol del Cuerpo de Bomberos Voluntarios en 1953, ya estando su base en Chiletoza, tuvo un breve paso por el ciclismo del que se retiró luego de dos años de prácticas, por un accidente.
Llamado a la selección
“Un día me dio por ir a casa de mis abuelos del barrio Victoria y ese jugar, porque allí se jugaba buen fútbol, y Richard Moreno y mi tío me vincularon al equipo y empecé a jugar con uno de los equipos recordados del barrio, y lo hacía como lateral izquierdo”, rememora hoy.
En 1957, tras varios años de destacada trayectoria, hoy desaparecido equipo del Club Independiente, fue llamado a integrar el equipo Real Victoria de don Mario Hernández.
Ya en 1962 integró el equipo seleccionado del Valle con el que viajó a Medellín al campeonato nacional. “Mientras todos los muchachos hablaban de los partidos y de las jugadas, yo me quedaba viendo las tribunas, ese ambiente me impactó mucho”, recuerda con nostalgia.
Osmiro señala que guarda un grato recuerdo de aquella gesta con la Selección del Valle, que logró alcanzar el campeonato nacional en la final realizada en Bucaramanga frente al seleccionado de Antioquia, jugando como lateral izquierdo.
En 1964 se realizan los primeros Juegos Deportivos Departamentales, escogiendo a Tuluá como sede, evento del que Colonia participó como integrante de la Selección Tuluá, obteniendo el subcampeonato.
En 1965, la Selección Colombia de mayores, dirigida por el técnico argentino Pedernera, convocó a Osmiro Colonia junto a los jugadores nacionales Roberto Escobar y el samario Carlos Julio Obando, siendo el primer tulueño en integrar una Selección Colombia de Mayores.
Allí estuvo al lado de algunos grandes del fútbol nacional como Arturo Segovia y Julio Edgar “Chonto” Gaviria entre otros, pero al final no clasificamos”, precisa Colonia.
Al volver, prácticamente se dedicó a preparar y formar nuevos talentos del fútbol en la dirección técnica y en la selección Tuluá jugando el torneo aficionado.
En 1970 se retiró de la actividad deportiva para vincularse a la parte técnica en la que ha permanecido hasta ahora.
Hoy vive tranquilo al lado de su esposa, con quien tiene dos hijas, una de ellas ingeniera, y María Victoria, abogada que reside en Cali.
Fundación de Cortuluá
Un año después por insinuación del exjugador y periodista Hernando Acosta, quien se había radicado en la ciudad, se reunió con varios dirigentes y fundaron la Corporación Deportiva Tuluá, equipo que inicialmente fue apoyado por personas de la empresa privada y luego por la administración municipal.
Con el paso de los años, Colonia se dedicó al deporte en diversas disciplinas y alcanzó una carrera de dirigencial y alcanza, en 1970, el título de mejor entrenador del Valle del Cauca, reconocimiento que le fue otorgado por la dirección técnica de la entonces junta organizadora de los Juegos Panamericanos.
Su vida deportiva fue intensa y en el ámbito social también cumplió funciones destacadas en la administración municipal. Hoy se encuentra pensionado como funcionario de una empresa de ingenieros
Hoy, Tuluá despide con gratitud, respeto y profundo dolor a uno de sus más grandes hijos. Osmiro no solo fue un gran deportista, sino también un ser humano ejemplar, humilde, generoso y comprometido con su comunidad. Su pasión por el fútbol y su amor por su ciudad vivirán por siempre en la memoria de quienes lo conocieron y admiraron.
Gracias por tanto, maestro Osmiro. Que en paz descanse.