Así lo indicó una vez más la secretaria de Salud del departamento, María Cristina Lesmes, al señalar que en el caso de los giros directos de Emssanar EPS y Asmetsalud, intervenidas por la Superin-tendencia de Salud, se están realizando a la red de salud pública con retrasos de hasta 8 días y se hace necesario que los recursos coincidan con la facturación mensual de las instituciones que prestan los servicios.
“La Superintendencia hace referencia a un solo tipo de recursos que son los de giro directo de Emssanar EPS y Asmetsalud que tienen una medida especial, y efectivamente como lo ha dicho, ese giro directo se ha mantenido en el tiempo y está llegando con ocho días de atraso, es un recurso que debía llegar el 10 de cada mes y está llegando al día 18, lo que significa un atraso en los pagos”, precisó la funcionaria seccional.
Agregó que el Superintendente de Salud no está haciendo mención a los otros recursos que deben llegar a la red de salud, pues no significa que el giro directo cubra la facturación mensual de una institución y se va creando una brecha que se convierte en una cartera que para las EPS en mención es importante y es una preocupación permanente del departamento.
Precisó que el gobierno del Valle, a través de la Secretaría de Salud adelanta un trabajo especial por facilitar las modificaciones en la contratación de forma que las EPS logren tener un equilibrio, los hospitales los ingresos que requieren, pero especialmente los vallecaucanos una oferta suficiente de servicios para estas dos EPS y para todas las demás con calidad y oportunidad.
“Nosotros necesitamos que el pago de los recursos de salud coincida con la facturación de los mismos”, reiteró Lesmes al anotar que la deuda de Emssanar, “supera los $240 mil millones, no medido los últimos tres meses, y la deuda de Asmetsalud es menor, no supera los $10 mil millones porque la población es inferior”.
En el caso de Tuluá y la región, centros hospitalarios como el Tomás Uribe Uribe, Santa Cruz de Trujillo, John F. Kennedy de Riofrío, Ulpiano Tascón de San Pedro, San Antonio de Roldanillo y el Santander de Caicedonia empiezan a presentar dificultades para operar.