El también exgobernador del Valle dice en su artículo nro. 878 que se debe aprovechar la visita del presidente Gustavo Petro, en la mañana de este viernes, a Tuluá, para “conversar con estas personas y buscarle alguna salida a este oscuro túnel, pues Tuluá tiene sus venas abiertas”.
Esta es la crónica completa:
“Se dice que este viernes estará en Tuluá el presidente Petro. La oportunidad la pintan calva para tratar de encontrar una luz al oscuro túnel donde se ha ido metiendo más y más mi pueblo. Desde el día que se posesionó el alcalde Vélez han matado dos concejales, otros funcionarios públicos y una ya muy crecida suma de ciudadanos han caído acribillados. Se han cerrado muchos negocios. La semana anterior cerró la gigantesca Quesera La Ricura. Hace un mes lo había hecho su competencia la Quesera Mundial. Ayer lo hizo La Pesquera, donde se surtían de pescados y mariscos 14 municipios. Han caído mensualmente comerciantes de víveres que no pagan el tributo a la banda.
El alcalde perdió el contacto con sus gobernados. Amenazado por los cuatro costados, no sale del bunker en que convirtió su casa de campo. La militarización ha dado más incomodidades que tranquilidad. Los tímidos y quizás no muy claros pedidos de la banda La Inmaculada para dialogar han sido rechazados o no entendidos por la alcaldía, la gobernación y la policía. Pero están latentes y si Petro llega hoy tanto los de la Inmaculada como el mismo presidente deberían aprovechar y poner sobre la mesa la posibilidad concreta y clara de un diálogo que aminore al menos la tempestad.
El gobierno tiene las experiencias fallidas o acertadas de su paz total. En la consejería de Otty Patiño deben estar los archivos de los diálogos que se hicieron con el Clan del Golfo. Conversar con los líderes de la Inmaculada, condenados y presos, es fácil para el gobernante. Solo se necesita voluntad para que el presidente y los jefes de la Inmaculada dijeran pública y directamente que pueden conversar para buscarle alguna salida a este oscuro túnel. Reconocer oficialmente la realidad lo puede hacer el presidente. Aclarar de lado y lado qué pedirían y qué suspenderían sería el comienzo. Tuluá se está secando. Tiene sus venas abiertas. Hay que suturarlas”.