De manera permanente y con el aval de la Agencia Nacional Minera y la CVC, la Administración Municipal a través de la Secretaría de Hábitat e Infraestructura adelanta labores de descolmatación de varios tramos del río Tuluá.
Según el secretario de Hábitat, Cristian David Castro, esta actividad se realiza aprovechando la época de verano para prevenir futuras inundaciones cuando llegue el invierno.
La extracción del material se hace entre los puentes ubicados en la calle 25, conocido como el puente de Los Gatos y el viaducto de la calle 34, conocido por los tulueños como Puente Negro.
El material extraído del afluente se está acopiando en las orillas del afluente y solo se puede sacar con el visto bueno de la entidad nacional.
Además de la descolmatación del río Tuluá, trabajos que se realizarán durante los próximos tres meses, se aprovecharán los equipos para hacer la canalización del afluente y la protección de los muros de contención que sufren socavación, especialmente en la zona más plana por donde corre el río.
Un punto crítico
Paradójicamente mientras que las labores se desplegan en los polígonos del centro, río abajo la situación se torna más crítica.
Así lo pudo evidenciar el equipo de trabajo de EL TABLOI-DE Digital cuando visitó el puente sobre el río Tuluá que da acceso al corregimiento de Aguaclara, pues tiene una margen de luz inferior a los dos metros.
“La verdad es que nos preocupa esta situación, pues una creciente del río no solo pone en peligro la estructura, sino las viviendas que están en Casa Huertas, El Maná y Aguaviva”, dijo uno de los areneros que trabaja en el sector.
“No nos oyen”
Para los voceros de la comunidad contigua al puente, lo más preocupante es que se ha hecho el llamado a la Administración Municipal, pero no hay respuesta.
“Están esperando a que haya una tragedia o que se repita la historia de 2010 cuando muchas familias lo perdieron todo”, dijo otro de los líderes.
“Vamos a intervenir”
Ante esta denuncia, el Secretario de Hábitat e Infraestructura, dijo que para ese tramo, la ANI no ha otorgado licencia para extraer material.
Añadió que tampoco se puede acceder a regalar el material como lo piden los areneros, “pues estaríamos incurriendo en un delito de carácter disciplinario y que incluso podría derivar en lo penal”.
Así las cosas, los habitantes de la zona esperan que una corriente del río Tuluá con empalizada no les vaya a generar una tragedia.