En esta ocasión, cerca de 170 personas llegaron hasta el sitio para recibir una porción de fríjoles, arroz acompañada de carne o pollo y un vaso de agua de panela con limón.
“Esta es una actividad que hacemos siempre con el apoyo de los comerciantes de la galería y las manos voluntariosas y hacendosas de las mujeres que desde muy temprano se meten a la cocina para tener los platos listos” dijo Mejía a EL TABLOIDE.
Destacó que Tuluá sigue siendo receptora de estas personas que llegan y se quedan en sus calles, pues saben que los tulueños son personas generosas.