Las personas que a diario transitan por la carrera 20 frente a las instalaciones de la antigua terminal de transportes se encuentran a diario con esta situación generada por los restos de lo que hasta hace poco era una señal de tránsito y que se inclina peligrosamente sobre la vía poniendo en riesgo a los conductores.
A lo anterior se suma esta recámara que se quedó sin tapa y que se convierte en una trampa para los que transitan por el sector céntrico. Es necesario que las entidades competentes tomen las acciones correctivas para evitar un hecho que lamentar y que podría derivar en procesos legales en contra de municipio.
Esta es una situación que se repite en otros sectores de Tuluá, donde las tapas y rejillas o se deterioran o se las roban dejando las cajas expuestas y un riesgo para la ciudadanía.